En la concentración del pasado domingo, tuvimos la gran suerte de contar, entre otras maravillosas máquinas, con la Vespa Daniela, que es la Vespa de madera de Carlos Alberto, un carpintero portugués. Podríamos decir que no es una moto antigua, ni siquiera clásica, ya que es de reciente fabricación, pero es la copia exacta de una Vespa "faro bajo".
Prácticamente toda la moto, excepto el motor, suspensión y cuatro cosas más, está echa con el noble material, con un gusto y refinamiento exquisito... y funciona, si, si, anda perfectamente.
Tuve el privilegio de charlar cinco minutos con el "artista" y me quedé fascinado. En vez de jactarse o presumir de su "obra de arte" (para mi, lo es), se dedicó a comentarme todo lo que tenía que agradecer a los españoles por dar a conocer su moto, ya que en portugal no le dieron tanta importancia como aquí. Que a partir de que un periodista español lo entrevistó, empezó a recibir llamadas, visitas, e-mails... práctiamente de todo el mundo. Además me dijo que estaba muy agradecido de que se le invitara a exponer su moto, ya que así pudo conocer nuestra zona, con la que quedó encantado. También me dijo que intentaría volver todos los años, en la medida que le fuera posible.
Como anécdota me contó que un paisano suyo no le creía que no hubiera piezas metálicas en el chasis de la moto, ya que en su página web tiene pocas fotos de la de fabricación y no se mostraba con detalle todo el proceso. Pero en un CD tiene unas 800 fotos y cuando se las enseñó, al llegar a la número 300, el paisano le dijó algo así como "no sigas, ya te creo...".
En fin, en el poco tiempo que hablé con Carlos Alberto me dio una excelente impresión, me pareció un tipo afable y sencillo pero inteligente y brillante.
Quiero enviarle un saludo y espero volver a charlar con él en otra ocasión.
Tuve el privilegio de charlar cinco minutos con el "artista" y me quedé fascinado. En vez de jactarse o presumir de su "obra de arte" (para mi, lo es), se dedicó a comentarme todo lo que tenía que agradecer a los españoles por dar a conocer su moto, ya que en portugal no le dieron tanta importancia como aquí. Que a partir de que un periodista español lo entrevistó, empezó a recibir llamadas, visitas, e-mails... práctiamente de todo el mundo. Además me dijo que estaba muy agradecido de que se le invitara a exponer su moto, ya que así pudo conocer nuestra zona, con la que quedó encantado. También me dijo que intentaría volver todos los años, en la medida que le fuera posible.
Como anécdota me contó que un paisano suyo no le creía que no hubiera piezas metálicas en el chasis de la moto, ya que en su página web tiene pocas fotos de la de fabricación y no se mostraba con detalle todo el proceso. Pero en un CD tiene unas 800 fotos y cuando se las enseñó, al llegar a la número 300, el paisano le dijó algo así como "no sigas, ya te creo...".
En fin, en el poco tiempo que hablé con Carlos Alberto me dio una excelente impresión, me pareció un tipo afable y sencillo pero inteligente y brillante.
Quiero enviarle un saludo y espero volver a charlar con él en otra ocasión.
Noraboa a Carlos Alberto por esa obra de arte
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