Esta fue una etapa
relativamente corta (sobre 110
kms), que empezó a las diez de la mañana, después de un suculento desayuno en el hotel donde dormimos (
NH Sarria).
Tenemos que recordar que para nosotros, esta etapa era especial, ya que la
hacíamos acompañando a nuestros compañeros del Club Motos
Vellas do
Salnés.
Después de repostar en la gasolinera del pueblo, pusimos rumbo hacia
Portomarín, tramo que hicimos en poco tiempo gracias al buen estado de la carretera, al buen tiempo y a que no había demasiado tráfico (además de que la cabeza de la
carabana impuso un ritmo bastante bueno). Poco a poco fuimos llegando a
Portomarín, donde nos hicimos unas fotos de grupo en las escalinatas que hay a la entrada del pueblo, después de cruzar el puente. En esta parte del recorrido hubo que apretar el escape a una
Vespa (que luego hubo que reapretar en un par de ocasiones más) y dos o tres detalles más sin importancia.
Arrancamos poniendo rumbo a
Arzúa y la temperatura, que era suave por la mañana, se volvía más cálida a medida que nos acercábamos al mediodía. Antes de llegar, hubo que hacer una parada para
reagruparnos, ya que se nos había
descolagado un pequeño grupo.
En cuanto llegamos a
Arzúa, se palpaba ansiedad en el ambiente, todos estábamos deseando llegar al fin del trayecto, todos estábamos contentos por haber llegado hasta este punto, pero a la vez "preocupados" por si algo fallaba a última hora. Nuestra intención era llegar todos juntos con todas nuestras motos a Santiago. Con esa alegría y con esa "preocupación" nos pusimos en marcha para realizar la última parte de esta pequeña aventura.
El siguiente punto de
reagrupamiento sería en la entrada de Santiago, en la zona del Palacio de Congresos. Allí quedarían los coches escoba, y todos juntos entraríamos en las motos a los alrededores de la Plaza del
Obradoiro,
aparcándolas en un sitio habilitado para la ocasión.
Cuatro o cinco kilómetros antes de Santiago, pasó lo que nadie hubiera querido, la
MV, pilotada por
Moncho, empezó a fallar. A partir de ese momento la
cojió Calixto, cediéndole la Montesa al preocupado piloto de la
MV. Lo intentaron, pero la moto no iba bien, por lo que después de una pequeña
conversación decidimos subirla al remolque para no arriesgar más. No merecía la pena. La
MV se había portado
maravillosamente hasta ese momento y no queríamos forzar la máquina para evitar averías mayores.
Ya en el aparcamiento del Palacio de Congresos, los demás nos esperaban ansiosos.
Moncho se subió conmigo a la
Bultaco, y un poco
decepcionados por este pequeño percance, pero contentos de haber terminado (repito solo faltaban tres o cuatro quilómetros...), entramos orgullosos en SANTIAGO DE COMPOSTELA. Allí nos esperaban los chicos de Comando Actualidad, que querían terminar el reportaje dedicado al Camino de Santiago. Además, justo en ese momento, recibí la llamada de
Damián (
Vespadicto) de Radio Estrada, que quería que le diéramos nuestra valoración de la etapa, cómo la estábamos viviendo, qué sensaciones teníamos... (
Damián nos llamó todos los días para entrevistarnos y hacer un seguimiento de la ruta y estas entrevistas se pueden
oir en el blog de
VESPADICTO).
La fiesta fue mayúscula, más sabiendo que el
lider era
Robert Lucio. En estas ocasiones (y en muchas otras...), es incansable, incombustible, siempre quiere más... Nos llevó hasta la entrada del Hostal de los Reyes Católicos (ya que el
Obradoiro estaba
repeleto de personas de una manifestación a favor del idioma Gallego...) y allí hicimos nuestra pequeña celebración. Hicimos un corro, cantamos, saltamos,
reimos... Fue apoteósico. La sensación es indescriptible.
De aquí nos fuimos todos a comer a O
Fogar do
Santiso (creo que es así) para poner el broche de oro a esta GRAN FIESTA.