A última hora de la tarde anterior, se nos unió Moncho, pero se marchó Toño. Este se adelantó hasta Astorga para estar, a partir de ese momento, con los compañeros del Club Motos Vellas do Salnés que empezaban la ruta en Castrillo de los Polvazares, metiéndose entre pecho y espalda un "cocido maragato".
Además, Mayo durmió en casa de Suso el leonés ya que quisieron reparar un pinchazo en la Vespa de Suso y un fallo en las luces de la Impala de Mayo.
El resto empezamos la etapa sobre las nueve de la mañana, para subsanar los pequeños detalles que tenían las motos de Robert Lucio y de Calixto (cable de gas de una y varilla de freno la otra).
Arrancamos a eso de las diez y decidimos ir a visitar el centro de León. Cuando llegamos a la Catedral enseguida se nos acercó un peregrino en bicicleta que nos pidió permiso para sacarse unas fotos con nuestras máquinas. Se le veía entusiasmado, además parecía que entendía algo ya que se puso a hablar del motor de la Ducati de Ruco; y aún más, el tío traía enfundada una camiseta con el escudo de Montesa.
Por otro lado, en el mismo lugar, se nos acercó un Holandés que también nos pidió permiso para hacer unas fotos a las motos. Después de preguntarnos varias cosas acerca de ellas (cuántos años tienen, si las restauramos nosotros...), nos contó que es motero, tiene una Harley y que cruzó E.E.U.U. de un lado a otro por la famosa Ruta 66 (que envidia).
Para salir de León dirección Astorga, tenemos que reconocer, que nos hicimos un lío. Seguimos las indicaciones, pero un par de veces nos vimos medio desorientados y circulando en sentido contrario.
Hicimos una parada en Hospital de Órbigo para visitar el Puente del Paso Honroso (para mi uno de los sitio más bonitos que vimos). Allí nos hicimos unas fotos y nos paramos unos quince minutos para admirar el puente y su entorno además de leer la leyenda del Caballero Suero de Quiñones. Se nos acercó un peregrino preguntando si podía hacer unas fotos a las motos, y dijo, "primero a la Ducati, que la tierra tira..." El italiano estaba de día de descanso, ya que le gustó mucho el pueblo y le apetecía pasarse allí más tiempo de lo normal. Nos dijo que venía haciendo el camino en bicicleta de piñón fijo (la madre que lo parió, que webs le echa).
La siguiente parada fue en Astorga, pero decidimos pasar de largo y regresar por la tarde ya que se nos venía la hora de comer encima. Y así fue, comimos en un Restaurante que le aconsejaron a Robert, a seis kilómetros del centro. Hay que decir, que Robert anduvo de casa en casa preguntando por sitios para comer; ¿qué sería de nosotros sin él?.
En el restaurante nos reunimos con Suso el leonés y Mayo que nos dijeron que habían vuelto a pinchar la Vespa e intentarían arreglarla por la tarde. Decidimos entonces que el coche escoba los acompañara por si hubiera algún tipo de problema y no puediran resolver las averías.
En Astorga visitamos en centro sin pararnos demasiado ya que queríamos hacer varias paradas más y nos quedaba un buen trecho hasta llegar a Sarria.
Cacabelos, el Monasterio de Santa María de Carracedo, Villafranca del Bierzo, Pedrafita do Cebreiro, Monasterio de Samos, fueron otras paradas que hicimos antes de reunirnos con los Compañeros del Club Motos Vellas do Salnés con los que continuaríamos hasta llegar a Santiago de Compostela. Esta parte de la ruta, tamibén nos pareció muy bonita e interesante, con unas carreteras y unas curvas impresionantes.
Cuando llegamos a Sarria nos recibieron unos cuantos compañeros, que estaban en los exteriores del hotel.
Nos reunimos a las diez de la noche para cenar todos juntos en un restaurante del pueblo. Sobre las diez y media llegaron Suso el leonés, Mayo y Fernando. Tenemos que destacar el humor, la gran afición y la moral que tiene el leonés. Desde Sarria y a tan solo diez minutos de llegar, se fue rumbo a León, él solo (con su Vespa, claro).
Además, Mayo durmió en casa de Suso el leonés ya que quisieron reparar un pinchazo en la Vespa de Suso y un fallo en las luces de la Impala de Mayo.
El resto empezamos la etapa sobre las nueve de la mañana, para subsanar los pequeños detalles que tenían las motos de Robert Lucio y de Calixto (cable de gas de una y varilla de freno la otra).
Arrancamos a eso de las diez y decidimos ir a visitar el centro de León. Cuando llegamos a la Catedral enseguida se nos acercó un peregrino en bicicleta que nos pidió permiso para sacarse unas fotos con nuestras máquinas. Se le veía entusiasmado, además parecía que entendía algo ya que se puso a hablar del motor de la Ducati de Ruco; y aún más, el tío traía enfundada una camiseta con el escudo de Montesa.
Por otro lado, en el mismo lugar, se nos acercó un Holandés que también nos pidió permiso para hacer unas fotos a las motos. Después de preguntarnos varias cosas acerca de ellas (cuántos años tienen, si las restauramos nosotros...), nos contó que es motero, tiene una Harley y que cruzó E.E.U.U. de un lado a otro por la famosa Ruta 66 (que envidia).
Para salir de León dirección Astorga, tenemos que reconocer, que nos hicimos un lío. Seguimos las indicaciones, pero un par de veces nos vimos medio desorientados y circulando en sentido contrario.
Hicimos una parada en Hospital de Órbigo para visitar el Puente del Paso Honroso (para mi uno de los sitio más bonitos que vimos). Allí nos hicimos unas fotos y nos paramos unos quince minutos para admirar el puente y su entorno además de leer la leyenda del Caballero Suero de Quiñones. Se nos acercó un peregrino preguntando si podía hacer unas fotos a las motos, y dijo, "primero a la Ducati, que la tierra tira..." El italiano estaba de día de descanso, ya que le gustó mucho el pueblo y le apetecía pasarse allí más tiempo de lo normal. Nos dijo que venía haciendo el camino en bicicleta de piñón fijo (la madre que lo parió, que webs le echa).
La siguiente parada fue en Astorga, pero decidimos pasar de largo y regresar por la tarde ya que se nos venía la hora de comer encima. Y así fue, comimos en un Restaurante que le aconsejaron a Robert, a seis kilómetros del centro. Hay que decir, que Robert anduvo de casa en casa preguntando por sitios para comer; ¿qué sería de nosotros sin él?.
En el restaurante nos reunimos con Suso el leonés y Mayo que nos dijeron que habían vuelto a pinchar la Vespa e intentarían arreglarla por la tarde. Decidimos entonces que el coche escoba los acompañara por si hubiera algún tipo de problema y no puediran resolver las averías.
En Astorga visitamos en centro sin pararnos demasiado ya que queríamos hacer varias paradas más y nos quedaba un buen trecho hasta llegar a Sarria.
Cacabelos, el Monasterio de Santa María de Carracedo, Villafranca del Bierzo, Pedrafita do Cebreiro, Monasterio de Samos, fueron otras paradas que hicimos antes de reunirnos con los Compañeros del Club Motos Vellas do Salnés con los que continuaríamos hasta llegar a Santiago de Compostela. Esta parte de la ruta, tamibén nos pareció muy bonita e interesante, con unas carreteras y unas curvas impresionantes.
Cuando llegamos a Sarria nos recibieron unos cuantos compañeros, que estaban en los exteriores del hotel.
Nos reunimos a las diez de la noche para cenar todos juntos en un restaurante del pueblo. Sobre las diez y media llegaron Suso el leonés, Mayo y Fernando. Tenemos que destacar el humor, la gran afición y la moral que tiene el leonés. Desde Sarria y a tan solo diez minutos de llegar, se fue rumbo a León, él solo (con su Vespa, claro).
León
Puente de Órbigo
Astorga
Monasterio de Carracedo
Villafranca del Bierzo
Entrada en Pedrafita do Cebreiro
"Ramón pasouno ben", "A min gústame que veña con nos"... palabras de Calixto. Gracias por deixarme a moto e por ter paciencia conmigo polo tema do cambio á cuarta jajajaja .
ResponderEliminarRuta chula, chula, chula!!, sobre todo o pasar Astorga, en pleno Bierzo, esas carreteras rodeadas de verde, de regatos, esas curvas subindo a Pedrafita e as de baixada hacia Sarria.