Santo Domingo de la Calzada - León (15-05-2010)
La noche que dormimos en Santo Domingo se unió al grupo Suso, un hombre de Carballiño, afincado en León, amigo de Fernando y amante de los trastos viejos. Su montura, una Vespa TX 200 (que anda que se mata la cabrona).
La etapa empezó a eso de las diez de la mañana después de un suculento desayuno en el comedor de El Molino de Floren. Repostamos en la gasolinera del pueblo y pusimos rumbo a Burgos, pero en vez de hacerlo por la ruta normal que sigue el Camino Francés, lo hicimos por una ruta alternativa muy utilizada por los moteros. Se trataba de ir por la Sierra de la Demanda, por unas carreteras de montaña que transcurrían por unos paisajes preciosos, con unas vistas impresionantes y siempre con los picos de las montañas cubiertas todavía de nieve y, como no, casi todo el trayecto con unas curvas que haría las delicias de cualquier motorista y un asfalto en un estado muy aceptable (pasamos por Ezcaray, a unos 16 kms de la estación invernal de Valdezcary). Hicimos una pequeña parada en un pueblo que tenía entrada a través de un bonito puente que cruza el Río Tirón (creo recordar que el pueblo se llama Cuzcurrita del Río Tirón, pero no estoy seguro). Allí nos empezamos a preocupar por Rober, ya que se había adelantado un poco con Ruco, pero este no le siguió el ritmo y lo perdió de vista. Lo llamamos varias veces al móvil creyendo que estaría parado esperándonos, pero no contestaba. A todos nos entró una paranoia "...y si se calló y lo dejamos atrás...". Insistimos hasta que contestó, estaba casi en Burgos. Se había apurado para encontrar algún sitio para comprar un par de bujías en previsión de que su Comando volviera a fallar (tengo que decir que esa moto anda como un tiro, a Ruco le cuesta trabajo pasarlo...).
A poco de arrancar nos pilló una intensa lluvia, no muy fuerte, pero molesta y fría. Después de cruzarnos con una concentración en la que participaban unas trescientas motos, llegamos a la entrada de Atapuerca. Nuestra intención era visitar los yacimientos, pero después de preguntar nos dijeron que las visitas eran guiadas y teníamos que dejar las motos a dos quilómetros de la entrada, por eso desechamos la idea. Nos tomamos unos cafés para entrar en calor y seguimos rumbo hacia Burgos para encontrarnos con Rober. Entramos al centro, para hacernos unas fotos pero no fue muy buena idea, ya que llovía, era sábado a mediodía y había obras en varias calles. Tardamos más de los esperado pero al fin encontramos un sitio para aparcar el coche escoba y tirarnos una fotos a toda prisa en el Puente de Santa María con el Arco de mismo nombre al fondo, y echar un vistazo muy rápido al exterior de la Catedral.
Para hacer el tramo Burgos - León, también cogimos la alternativa de ir por la Sierra, ya que Suso el de León nos quería llevar a conocer a la un amigo suyo que tiene una buena colección de motos antiguas que él mismo restaura. Enseguida buscamos sitio para comer y reponer fuerzas, ya que por la tarde nos esperaba un largo recorrido. Comimos en el bar de una gasolinera de carretera ya que no había muchas opciones más (por no decir ninguna).
Toño se dio cuenta de que iba sin luces y después de revisar vio que fallaba la llave de luces, por lo que conectó luz directa y santas pascuas.
Cuando nos pusimos en marcha, marcamos rumbo a Guardo (provincia de Palencia), donde nos esperaba el dueño de la colección de motos. Nos enseñó cuatro o cinco el primer local; al lado, en otro local, había unas quince más; y cuando creíamos que las habíamos visto todas, salimos de su casa, cruzamos la calle y abrió otro garaje. Allí había otras quince; y otras veinte o veinticinco más en otro local anexo (de estas últimas había alguna sin restaurar). Bultaco, Montesa, Ossa, Guzzi, Derbi, Cofersa, Lube, Terrot, NSU, MV, Olimpique, Motobecane, motos de trial, motos de enduro... y de casi todas las marcas había más de un modelo. La verdad es que nos perdimos allí dentro y no sabíamos para cual mirar. La pena es que no tubiéramos más tiempo para disfrutar de aquellas maravillas.
Al salir de Guardo, nos pusimos rumbo hacia León donde, ansioso, nos esperaba Moncho al que lo habían llevado hasta el hotel David y Alia (nuestros primitos).
Suso el leonés nos tenía otra sorpresa preparada, antes de llegar a León, iríamos a Villamañan a visitar el Museo de la Moto de Antonio Marcos, coleccionista que cedió sus máquinas para exponerlas en el antiguo cine del pueblo. Isso, Ossa, Guzzi, Bultaco, Vespa, Lube, Lambretta, MV, Derbi y una imponente Ducati Elite fue lo que pudimos admirar.
Valió la pena, de todas formas creemos que fue una etapa demasiado larga para nuestras motos y para nosotros; demasiados quilómetros (casi 400) y pocas paradas.
Cuando estábamos llegando a nuestro destino, la Montesa de Rober volvió a fallar, en este caso se rompió el cable de gas, y en el mismo sitio, Calixto perdió la tuerca de la varilla del freno trasero (un misterio sin resolver). Volvimos a montar la Comando en el remolque y bajamos la MV para que Rober pudiera entrar en el Hotel montado en moto (y mientras, Moncho seguía desesperándose). A menos de un quilómetro estaba el Hotel Cortes de León, llegamos casi a las 10:30 de la noche, y allí estaba Moncho y David que nos dieron una calurosa bienvendida.
La noche que dormimos en Santo Domingo se unió al grupo Suso, un hombre de Carballiño, afincado en León, amigo de Fernando y amante de los trastos viejos. Su montura, una Vespa TX 200 (que anda que se mata la cabrona).
La etapa empezó a eso de las diez de la mañana después de un suculento desayuno en el comedor de El Molino de Floren. Repostamos en la gasolinera del pueblo y pusimos rumbo a Burgos, pero en vez de hacerlo por la ruta normal que sigue el Camino Francés, lo hicimos por una ruta alternativa muy utilizada por los moteros. Se trataba de ir por la Sierra de la Demanda, por unas carreteras de montaña que transcurrían por unos paisajes preciosos, con unas vistas impresionantes y siempre con los picos de las montañas cubiertas todavía de nieve y, como no, casi todo el trayecto con unas curvas que haría las delicias de cualquier motorista y un asfalto en un estado muy aceptable (pasamos por Ezcaray, a unos 16 kms de la estación invernal de Valdezcary). Hicimos una pequeña parada en un pueblo que tenía entrada a través de un bonito puente que cruza el Río Tirón (creo recordar que el pueblo se llama Cuzcurrita del Río Tirón, pero no estoy seguro). Allí nos empezamos a preocupar por Rober, ya que se había adelantado un poco con Ruco, pero este no le siguió el ritmo y lo perdió de vista. Lo llamamos varias veces al móvil creyendo que estaría parado esperándonos, pero no contestaba. A todos nos entró una paranoia "...y si se calló y lo dejamos atrás...". Insistimos hasta que contestó, estaba casi en Burgos. Se había apurado para encontrar algún sitio para comprar un par de bujías en previsión de que su Comando volviera a fallar (tengo que decir que esa moto anda como un tiro, a Ruco le cuesta trabajo pasarlo...).
A poco de arrancar nos pilló una intensa lluvia, no muy fuerte, pero molesta y fría. Después de cruzarnos con una concentración en la que participaban unas trescientas motos, llegamos a la entrada de Atapuerca. Nuestra intención era visitar los yacimientos, pero después de preguntar nos dijeron que las visitas eran guiadas y teníamos que dejar las motos a dos quilómetros de la entrada, por eso desechamos la idea. Nos tomamos unos cafés para entrar en calor y seguimos rumbo hacia Burgos para encontrarnos con Rober. Entramos al centro, para hacernos unas fotos pero no fue muy buena idea, ya que llovía, era sábado a mediodía y había obras en varias calles. Tardamos más de los esperado pero al fin encontramos un sitio para aparcar el coche escoba y tirarnos una fotos a toda prisa en el Puente de Santa María con el Arco de mismo nombre al fondo, y echar un vistazo muy rápido al exterior de la Catedral.
Para hacer el tramo Burgos - León, también cogimos la alternativa de ir por la Sierra, ya que Suso el de León nos quería llevar a conocer a la un amigo suyo que tiene una buena colección de motos antiguas que él mismo restaura. Enseguida buscamos sitio para comer y reponer fuerzas, ya que por la tarde nos esperaba un largo recorrido. Comimos en el bar de una gasolinera de carretera ya que no había muchas opciones más (por no decir ninguna).
Toño se dio cuenta de que iba sin luces y después de revisar vio que fallaba la llave de luces, por lo que conectó luz directa y santas pascuas.
Cuando nos pusimos en marcha, marcamos rumbo a Guardo (provincia de Palencia), donde nos esperaba el dueño de la colección de motos. Nos enseñó cuatro o cinco el primer local; al lado, en otro local, había unas quince más; y cuando creíamos que las habíamos visto todas, salimos de su casa, cruzamos la calle y abrió otro garaje. Allí había otras quince; y otras veinte o veinticinco más en otro local anexo (de estas últimas había alguna sin restaurar). Bultaco, Montesa, Ossa, Guzzi, Derbi, Cofersa, Lube, Terrot, NSU, MV, Olimpique, Motobecane, motos de trial, motos de enduro... y de casi todas las marcas había más de un modelo. La verdad es que nos perdimos allí dentro y no sabíamos para cual mirar. La pena es que no tubiéramos más tiempo para disfrutar de aquellas maravillas.
Al salir de Guardo, nos pusimos rumbo hacia León donde, ansioso, nos esperaba Moncho al que lo habían llevado hasta el hotel David y Alia (nuestros primitos).
Suso el leonés nos tenía otra sorpresa preparada, antes de llegar a León, iríamos a Villamañan a visitar el Museo de la Moto de Antonio Marcos, coleccionista que cedió sus máquinas para exponerlas en el antiguo cine del pueblo. Isso, Ossa, Guzzi, Bultaco, Vespa, Lube, Lambretta, MV, Derbi y una imponente Ducati Elite fue lo que pudimos admirar.
Valió la pena, de todas formas creemos que fue una etapa demasiado larga para nuestras motos y para nosotros; demasiados quilómetros (casi 400) y pocas paradas.
Cuando estábamos llegando a nuestro destino, la Montesa de Rober volvió a fallar, en este caso se rompió el cable de gas, y en el mismo sitio, Calixto perdió la tuerca de la varilla del freno trasero (un misterio sin resolver). Volvimos a montar la Comando en el remolque y bajamos la MV para que Rober pudiera entrar en el Hotel montado en moto (y mientras, Moncho seguía desesperándose). A menos de un quilómetro estaba el Hotel Cortes de León, llegamos casi a las 10:30 de la noche, y allí estaba Moncho y David que nos dieron una calurosa bienvendida.
Parada en el Rio Tirón
Burgos
Parada en el camino, antes de comer
Algunas de las motos en Guardo
Museo de la moto de Villamañán
Llegada al hotel
a que en la foto del museo de Villamañán, Rober parece un maniquí...?
ResponderEliminarESE DIA TENIA ANSIA VIVA!!!
ResponderEliminarRober parece sacado del museo de cera, en lugar del museo de las motos clásicas jajajajaja.
ResponderEliminarRobert lucio se lo paso muy bien con este grupo todos esos dias, suso, calixtro y no podria faltar moncho,todos ellos aportaron su granito para que todo saliera fantastico,y inolvidable. gracias por ser como soys
ResponderEliminarEs cierto, si que parece una figura del museo de cera; no te extrañes que haya alguno por alguno de esos museos, ya que Rober es todo un personaje, popular donde los haya.
ResponderEliminarRober, contigo si que lo pasamos bien, eres el alma del grupo.
Saludiños
Totalmente de acuerdo con Suso. Rober, eres un fenómeno, si no fuera por ti, no saliamos en "comando actualidad" ni de coña. Lo pasamos muy bien gracias a ti y al buen rollo del "grupito", ya me entiendes.
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